Criminología Ambiental

 

Imagen 1,  CAMPOS, (2021)

La criminología ambiental es un campo dentro de la criminología que se centra en el estudio de cómo los factores espaciales y ambientales influyen en el comportamiento delictivo. A diferencia de las teorías tradicionales que se enfocan principalmente en las características individuales de los delincuentes, la criminología ambiental considera el contexto físico y social en el que ocurren los delitos. Una de las teorías más influyentes en este campo es la teoría del patrón delictivo, desarrollada por los criminólogos Patricia y Paul Brantingham.

La Teoría del Patrón Delictivo y su Aporte a la Criminología Ambiental

La teoría del patrón delictivo, formulada inicialmente en 1983 y posteriormente ampliada en 1994, proporciona una estructura para entender cómo los delitos no son eventos aislados, sino que ocurren en patrones predecibles basados en la interacción entre los delincuentes y su entorno. Los Brantingham argumentan que tanto las actividades diarias de las personas como la configuración del espacio físico juegan un papel crucial en la formación de estos patrones.

Uno de los conceptos clave de esta teoría es el de "nodos de actividad", que se refiere a los lugares donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo. Estos nodos incluyen hogares, lugares de trabajo, escuelas y centros de ocio. Según los Brantingham, los delincuentes tienden a operar cerca de estos nodos porque son lugares familiares donde pueden anticipar el comportamiento de las posibles víctimas y evaluar las oportunidades delictivas con mayor precisión.

Además de los nodos, la teoría enfatiza la importancia de las "rutas de movilidad", que son los caminos que las personas utilizan para desplazarse entre estos nodos. Las rutas de movilidad, como calles principales, autopistas y rutas de transporte público, no solo facilitan el movimiento cotidiano, sino que también crean oportunidades para el crimen. Por ejemplo, un ladrón de autos puede preferir operar en áreas con fácil acceso a carreteras principales, lo que facilita una rápida huida.

 Los "límites cognitivos" son otro concepto central en esta teoría. Se refiere a la familiaridad y el conocimiento espacial de los delincuentes con respecto a su entorno. Los delincuentes suelen cometer delitos en áreas donde se sienten cómodos y tienen un conocimiento detallado de las características físicas y sociales. Este conocimiento les permite planificar sus actividades delictivas con mayor eficacia y minimizar el riesgo de ser detectados.

Zonas de Aglomeración del Crimen y Patrón de Comportamiento

Un resultado de la interacción entre nodos de actividad, rutas de movilidad y límites cognitivos es la formación de "zonas de aglomeración del crimen". Estas son áreas donde se concentra una alta incidencia de delitos debido a una confluencia de oportunidades delictivas y presencia de delincuentes. Estas zonas son particularmente interesantes para la criminología ambiental porque ofrecen una oportunidad para estudiar cómo las características específicas del entorno físico y social pueden fomentar o disuadir la actividad delictiva.

Por ejemplo, los Brantingham explican cómo los delincuentes pueden desarrollar lo que se llama un "patrón de comportamiento", que es una serie de decisiones y acciones repetidas basadas en la familiaridad con ciertas áreas y rutas. Este patrón puede incluir la selección de objetivos específicos, la elección de rutas de escape y la utilización de ciertos momentos del día para cometer delitos. La identificación de estos patrones es crucial para las fuerzas del orden y los diseñadores urbanos, ya que permite la implementación de medidas de prevención del delito más efectivas.

Aplicaciones Prácticas y Relevancia de la Teoría del Patrón Delictivo

La teoría del patrón delictivo tiene aplicaciones prácticas significativas en la planificación urbana y la prevención del crimen. Por ejemplo, el uso de mapas de calor del crimen, que visualizan la concentración de delitos en ciertas áreas, se basa en principios de esta teoría. Estos mapas permiten a la policía y a los planificadores urbanos identificar "puntos calientes" donde es más probable que ocurran delitos y desplegar recursos de manera estratégica.

 Además, la teoría ha influido en enfoques como el Diseño Ambiental para la Prevención del Crimen (Crime Prevention Through Environmental Design, CPTED). Este enfoque se centra en modificar el entorno físico para reducir las oportunidades delictivas. Las estrategias de CPTED incluyen mejorar la iluminación pública, diseñar espacios que promuevan la vigilancia natural y controlar el acceso a ciertos lugares. Por ejemplo, la instalación de cámaras de vigilancia en puntos estratégicos puede disuadir a los delincuentes al aumentar el riesgo percibido de ser atrapados.

A pesar de su utilidad, la teoría del patrón delictivo también ha sido objeto de críticas. Una preocupación es el riesgo de desplazamiento delictivo, que ocurre cuando las medidas de prevención del crimen simplemente mueven la actividad delictiva a otras áreas en lugar de eliminarla. Además, algunos críticos argumentan que la teoría pone demasiado énfasis en el aspecto espacial del crimen, sin considerar adecuadamente los factores sociales y económicos que también influyen en el comportamiento delictivo.

Otra crítica importante se relaciona con las implicaciones éticas de la vigilancia y el control del espacio público. La implementación de medidas de prevención del crimen, como la vigilancia masiva o el control de acceso, puede plantear problemas de privacidad y derechos civiles. Es crucial equilibrar la seguridad pública con la protección de las libertades individuales, asegurando que las políticas de prevención del crimen no se conviertan en herramientas de discriminación o control social indebido.

Para entender un poco más sobre la Criminología Ambiental se recomienda ver este video.

El arte de crear ambientes contra el delito | Criminología ambiental, https://www.youtube.com/watch?v=v7mKx43VIuU

La teoría del patrón delictivo de Brantingham y Brantingham ha sido fundamental para el desarrollo de la criminología ambiental. Su enfoque en cómo los patrones espaciales y ambientales afectan el crimen ha proporcionado una base sólida para la implementación de estrategias de prevención del delito en diversas áreas. Al comprender cómo los delincuentes interactúan con su entorno, las autoridades pueden diseñar políticas y entornos que no solo disuadan el crimen, sino que también promuevan una mayor seguridad y cohesión social.

 Sin embargo, es vital abordar estas estrategias con una perspectiva crítica y ética, reconociendo las limitaciones y posibles efectos secundarios. La criminología ambiental, y en particular la teoría del patrón delictivo nos recuerda que el espacio no es un mero escenario para la actividad humana, sino un actor dinámico que puede influir en la vida cotidiana de maneras profundas y a veces impredecibles.

Referencias

Brantingham, P. J., & Brantingham, P. L. (1983). Patterns in Crime. Macmillan.

Brantingham, P. J., & Brantingham, P. L. (1994). Environmental Criminology. Waveland Press.

Imagen 1, YARELY CAMPOS, (2021), CRIMINOLOGÍA AMBIENTAL,https://www.facebook.com/CriminologiaCriminalistica/posts/criminolog%C3%ADa-ambientalyarely-camposlic-derechode-lo-que-se-encarga-principalment/3945552182212101/?locale=af_ZA

Video You Tube, Morales Ángel, (2022), El arte de crear ambientes contra el delito | Criminología ambiental, https://www.youtube.com/watch?v=v7mKx43VIuU

 

 

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